Semana 4 (y un poco más)
Querido diario:
Anoche me costó dormirme. Esta mañana me he levantado antes de lo habitual. Voy corriendo al cuarto de baño.
Es curioso que no me había fijado en que, tal vez este orinando con algo mas de frecuencia.
Venga, comprobemos que no ha sido un espejismo. Esta vez no salgo del baño al hacer el test.
Me espero.
Y espero.
Finalmente ahí está: la segunda rayita que confirma todo. ¡Y de color más intenso que el día de antes! Indicativo de que va aumentando como cabría esperar en un embarazo.
Desde el baño hago la foto a los dos predictores y se los envío a mi ginecóloga (¿es necesario ante las imágenes que me haga la beta en sangre para confirmar el positivo?).
Es hora de decírselo a mi marido. Pienso rápido. Podría hacer algo sorpresa, preparar algo…
Nada, no puedo esperar.
Salgo y lo miro.
- ¿Te pasa algo?- me pregunta un tanto extrañado.
- Amor, estoy embarazada.
Se queda paralizado.
- Pero, ¿no es muy pronto? ¿Cómo lo sabes?
Le enseño el test. Sonríe. Nos fundimos en un fuerte abrazo que dura una eternidad.
😊
Recibo un email de mi ginecóloga: no es necesario hacerte la beta en sangre, claramente es positivo. Enhorabuena.